"Con ellos comparto y con ellos recuerdo"

jueves, 1 de octubre de 2009

¿JESÚS OTRA VEZ EN LOS TRIBUNALES?


¿Jesús otra vez en los Tribunales?Un párroco fue acusado de engañar a la gente por decirles que Jesús existió. Un exégeta expone las pruebas de su existencia.

Solemos pensar que Jesús de Nazareth debió de haber sido muy conocido en su tiempo. Que durante su vida llamó poderosamente la atención de las multitudes. Que con sus increíbles enseñanzas y sus sorprendentes milagros mantuvo fascinada a la sociedad entera. Que su fama se extendió incluso a los que no lo conocieron personalmente. Y que preocupadas por estos hechos, las más altas autoridades gubernamentales, incluido el Emperador de Roma, ordenaron su arresto y su muerte. Sin embargo, cuando examinamos la información de aquella época, nos damos con que no existe ni un escritor, ni un autor, ni un historiador, ni un cronista, ni un ensayista, ni un contemporáneo suyo, que hable de él. Aunque parezca mentira, nadie parece haber reparado en su persona, ni para criticarlo ni para alabarlo. No tenemos ni siquiera una alusión de pasada. Nada. Si extendemos nuestra investigación a las décadas siguientes a su muerte, tampoco encontramos mención alguna de Jesús. En los años 50, 60, 70 y 80, hay un completo silencio sobre su figura.
Sólo en la década del 90 hallamos la primera referencia a Jesús, en un documento fuera de la literatura cristiana. Pertenece al historiador judío Flavio Josefo. En su obra La Guerra de los Judíos, compuesta hacia el año 93, menciona dos veces a Jesús.La primera mención dice: “Por aquel tiempo apareció Jesús, un hombre sabio. Fue autor de hechos asombrosos, y maestro para quienes reciben con gusto la verdad. Atrajo a muchos judíos y griegos. Y cuando Pilatos, debido a una acusación hecha por nuestros dirigentes, lo condenó a la cruz, los que antes lo habían amado no dejaron de hacerlo. Y hasta hoy los cristianos, llamados así por él, no han desaparecido”.En este texto, Josefo afirma que: a) existió en Palestina un hombre llamado Jesús; b) era un sabio; c) realizó prodigios; d) la gente lo escuchaba con gusto; e) atraía a muchos judíos y griegos; f) las autoridades judías lo acusaron; g) Pilatos lo condenó a muerte; h) murió crucificado; i) sus seguidores se llaman cristianos en honor a él; j) el movimiento que Él fundó siguió existiendo después de su muerte.La segunda mención aparece al contar la muerte de Santiago, el primer obispo de Jerusalén, en el año 62, y dice: “Mientras tanto subió al pontificado Anás. Era feroz y muy audaz. Pensando que había llegado el momento oportuno, porque (el procurador) Festo había muerto y Albino aún no había llegado, reunió al Sanedrín y llevó ante él al hermano de Jesús, que es llamado Mesías, de nombre Santiago, y a algunos otros. Los acusó de haber transgredido la ley, y los entregó para que fueran apedreados”. Esta segunda referencia cuenta que: a) existió un hombre llamado Jesús; b) tenía un hermano llamado Santiago; c) algunos lo consideraban el Mesías. Estas dos citas constituyen la primera prueba (fuera de la Biblia) de que Jesús de Nazareth realmente existió. Además, demuestran que Flavio Josefo disponía de bastante información sobre la persona de Jesús, en el momento de escribir.Poco después tenemos un segundo escritor que menciona a Jesús. Es el historiador romano Tácito. En su libro Anales, compuesto en el año 117, al hablar de la persecución de Nerón a los cristianos de Roma, dice: “Nerón sometió a torturas refinadas a los cristianos, un grupo odiado por sus horribles crímenes. Su nombre viene de Cristo, quien bajo el reinado de Tiberio fue ejecutado por el procurador Pilatos. Sofocada momentáneamente, la nociva superstición volvió a difundirse no sólo en Judea, su país de origen, sino también en Roma, a donde confluyen todas las atrocidades de todo el mundo”. Este testimonio afirma que: a) existió un hombre al que llamaban Cristo; b) su patria era Judea; c) su muerte ocurrió cuando Tiberio era emperador, y Poncio Pilatos gobernador; d) Pilatos lo mandó a matar; e) antes de morir, Jesús ya había formado un grupo de seguidores.Estos dos escritores son los únicos testimonios no cristianos (es decir, neutrales) conocidos, anteriores al año 130 (o sea, en un período de cien años desde la muerte de Jesús), que mencionan al fundador del cristianismo. Sin embargo, todos los estudiosos están de acuerdo en que estos dos textos bastan para probar, de manera concluyente y definitiva, su existencia histórica. Primero, porque se trata de dos autores muy antiguos que de manera imparcial, objetiva y desinteresada afirmaron su existencia. Y son testimonios lo suficientemente cercanos a los hechos como para constituir fuentes fidedignas y confiables. Segundo, porque hay además muchísimos textos cristianos, más antiguos todavía, que hablan de Jesús. Entre ellos están las cartas de Pablo, escritas alrededor del año 50, que reflejan una tradición de los años 40, es decir, muy cercana al momento de la muerte de Jesús. También está el testimonio de los cuatro Evangelios, que si bien fueron compuestos por seguidores de Jesús, y por lo tanto no son obras imparciales, sí pretenden remontarse a un personaje real. Por lo tanto, negar la existencia histórica de la figura central de estos libros traería más dificultades que aceptarla...Cuando buscamos en la antigüedad datos sobre la existencia histórica de Jesús, descubrimos con asombro que sus contemporáneos no dijeron casi nada de él. Que su vida fue absolutamente insignificante en el plano de la escena mundial. Esto demuestra que Jesús durante su vida fue un judío marginal, que fundó un movimiento marginal, en una provincia marginal del gran imperio romano. Por eso, lo asombroso no es que nadie hable de él. Lo asombroso hubiera sido que algún historiador de la época se hubiera interesado en él. Sería una casualidad increíble que los escritores de ese tiempo se sintieran atraídos por contar la ejecución de un carpintero palestino. Lo más natural del mundo hubiera sido que ningún contemporáneo lo recordara ni mencionara. Sin embargo, y a pesar de ello, sorprendentemente tenemos varias referencias de él. Más aún: hay más información sobre Jesús de Nazareth que sobre otros personajes de la historia cuya existencia nadie cuestiona. Por eso, su existencia constituye hoy un hecho histórico cierto e irrefutable.Todavía hoy encontramos gente, como el ingeniero agrónomo italiano Luis Cascioli, que dudan de la existencia real de Jesús. Creen así estar a la vanguardia de la intelectualidad. Sin embargo, son personas que se han quedado en el tiempo, porque hace décadas ya que los estudiosos modernos llegaron a la certeza de su existencia real.
(Autor: Ariel Álvarez Valdés, doctor en Teología Bíblica. Extraído del diario “Clarín”- Argentina, del 04-07-2007 - Suplemento Especial)
Podcas:1239619839259.mp3Espacio en Blanco: 11/04/09 Isábado, 11 de abril de 2009, 12:44:00Hablamos de la figura de Jesús y los Evangelios con Antonio Piñero.

1 comentario:

Hada Saltarina dijo...

Estoy visitando tu blog con más detenimiento y he encontrado este texto que me ha encantado leer pues para mí Jesús es muy importante. Es verdad que se dan por reales personajes sobre los que existen muchos menos datos y que nadie duda sobre ellos. El problema creo que surge de confundir la existencia de alguien con lo que ese alguien pudiera o no representar. Lo que está claro es que su influencia es muy notable, incluso en nuestros días, pues el hecho de que se le quiera borrar de la faz de la tierra dice muco de esa importancia; no sé pero me recuerda un poco a las famosas fotos retocadas de Stalin donde los personajes no gratos iban desapareciendo misteriosamente de la foto... En fin. Gracias por dar a conocer este texto. Un abrazo

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