Puede que mi mente proyecte un simple espejismo entre las flores de mi jardín.
Puede que estuviera dormido, perdido entre sueños sin límites,
enredado en una falsa jungla de corales y aguas cristalinas.
Y tal vez, solo tal vez, ese remanso de quietud, donde el bosque frondoso me habla y los árboles susurran un silencioso silbido al viento que traen de vuelta a mi amada.
Esos que acarician, conversan y hacen surcos con sus ramas en el cielo azul celeste de tu afable mirada.
Esos que dibujan tu sonrisa en el trino melódico del pajarillo que en sus ramas busca posada.
Esos que te abrazan, te dan cobijo y protección,
esos que te aceptan sin ponerte etiquetas, sin juzgarte, sin dañar tu corazón.
Tal vez y solo tal vez, sean figuraciones de un estado alterado de tu conciencia y de mi Yo.
Quizás, la luz que se filtra a través de las aguas tranquilas de la profundidad de tu mirada, solo sea el ocaso de una figura proyectada.
Un ídolo sin barro,
una infancia sin infancia,
una sombra sin penumbra,
un repique sin campanas.
Pero no siempre fue así, deja que te diga que solo fue posible desde el momento en que te conocí.
Siento Mis Latidos