"Con ellos comparto y con ellos recuerdo"

sábado, 16 de junio de 2012

Constelación de Las Pléyades


La Constelación de Las Pléyades, forman una espiral dentro de la Galaxia de la Vía Láctea que está compuesta por varios sistemas solares.
El Sol Central de la Constelación de las Pléyades se llama ALCYONE y sus sistemas son, desde el interior: Merope, Atlas, Maya, Electra, Coele, Taigeta, y el llamado Ors.
Nuestro sistema es el más alejado y la última orbita en girar alrededor de Alcyone y se toma 25.920 años en dar la vuelta completa.
Las Pléyades que significa "vuelo de palomas" en griego, también conocidas como Messier 45, M45, o Las Siete Hermanas, son visibles a simple vista en el cielo nocturno, situadas a un costado de la constelación Tauro.

Las Pléyades son un puñado de estrellas muy jóvenes que se sitúan a una distancia aproximada de 450 años luz de la Tierra y están contenidas en un espacio de treinta años luz. Se formaron aproximadamente hace apenas unos 100 millones de años, a partir del colapso de una nube de gas interestelar.
Las estrellas más grandes y brillantes del cúmulo son de color blanco-azulado y cerca de cinco veces más grandes que el Sol.


Era de Acuario o Era de Luz

Durante su ciclo elíptico por la espiral de Las Pléyades, la Tierra atraviesa en dos ocasiones por la banda de fotones donde se ubica Alcyone, su  estrella central. Esto ocurre cada 26,000 años.

Según profecías y estudios Mayas  el 22 de Diciembre del Año 2012 entraremos definitivamente en el Campo de Radiación Fotónica. Durante los próximos 5 años el Planeta Tierra y sus vecinos del sistema solar ajustarán sus estructuras moleculares.

Todos se preparan para el gran cambio. El sistema solar entró en la banda de fotones en 1987 y cada vez estaremos más imbuidos en ella conforme transcurra el ciclo de aproximadamente 2000 años en que viajaremos dentro.
El contacto con la banda de fotones es el equivalente a estar dentro de un micro ondas cósmico que eleva la vibración del sistema solar, y por supuesto de la Tierra y la de todos sus habitantes produciendo una aceleración en la evolución natural de la conciencia individual y colectiva.

La galaxia está siendo bombardeada por energías cósmicas. Con este excepcional evento que afecta a toda la creación conocida en la tercera dimensión, hará que esta galaxia pase a la cuarta dimensión y después a la quinta.

Astrólogos, científicos e historiadores opinan que el próximo milenio marcará el comienzo de una nueva etapa para la humanidad.

Para los astrólogos de la Tierra esta nueva etapa es la denominada Era de Acuario o Era de Luz, una época de vastos cambios en la ciencia, tecnología y conciencia. El preludio de una maravilla. El sistema solar ya no será el mismo, porque este cambio afecta a muchas dimensiones.

En esta Edad de Oro o Reino de Luz Dorada, el ser humano podrá realizarse plenamente, los pueblos podrán comprender su historia, sus habilidades psíquicas y de conciencia plena en conjunto con el sistema solar y el universo.



Este reino de luz podrá ser conocido por todos aquellos cuyas vibraciones internas espirituales y corporales sean afines a las ondas del anillo de fotones .





El Presente:Los Astrónomos nos dicen que estamos en medio de una rueda-dentro-de-rueda entrelazante dentro de una máquina de tiempo cósmica que los Mayas y los Egipcios entendieron, y tal como nosotros damos vueltas en relación a nuestro paradigma solar inmediato nuestro sistema galáctico entero se está moviendo actualmente en relación a la configuración mayor de las Pléyades, conocida ahora por los astrónomos como Messier 45 (M45). Esta rueda más grande es conocida como la Presesión de los Equinoccios, el período de tiempo que le toma a la Tierra para realizar un recorrido completo de las constelaciones del zodíaco. Lo que hace que parezca que el zodíaco se "retrasa" un signo cada 2200 años o casi un grado cada 72 años es el tambaleo de la tierra, o el axis del giro (en un ángulo). Esto nos da un promedio de 12 signos en 26,000 años. Las Pléyades tienen un papel clave tanto en el Hemisferio Norte como en el Sur durante los Equinoccios y Solsticios establecidos por la Presesión.
En el Hemisferio Norte, en el Equinoccio de Primavera, las Pléyades se elevan durante el día y pueden ser vistas sólo momentáneamente en la noche. Cada día el sol se acerca un poco más en alineación con las Pléyades para que durante el Solsticio de Verano las Pléyades se eleven justo antes de la luz del amanecer. La primera elevación visible de las Pléyades ante el sol es llamada la elevación helicoidal de las Pléyades. Durante el Equinoccio de Otoño las Pléyades se elevan a medianoche. En el Solsticio de Invierno las Pléyades son visibles en el oriente justo después del anochecer. Esto es porque cada día se elevan unos cuatro minutos más temprano en la esfera celestial. Los Maori de Nueva Zelanda utilizaron la elevación helicoidal de las Pléyades, llamada por ellos la Matariki, como el comienzo de su Año Nuevo (Junio). También interpretaron a la Matariki como la madre con seis hijas (mientras otros reconocían a Puanga o Rigel, Orión, como el símbolo del Año Nuevo). Por tanto, cuando volvemos a visitar las mil columnas, los centros megalíticos y los importantes textos que han sido preservados a lo largo de miles de años de tradición en todo el mundo- vemos una profunda relación entre las historias de las Pléyades y el origen de la humanidad.
 
El Futuro:
 ¿Por qué estaban los antiguos tan impresionados con las Pléyades? La Clave 106 nos dice también que las Pléyades son "la cuna y el trono de nuestra conciencia" enfatizando que el programa de vida Adámica fue creado en conexión con esta región del espacio. Dice que esta región del espacio es la que también señalará el retorno de la inteligencia superior. La Clave usa la palabra "trono" (t minúscula) ya que representa el lugar de donde vienen las Jerarquías superiores para balancear a la creación inferior. Hay, de hecho, muchas regiones trono, muchos reinos logos de poder que trabajan para nuestra preparación espiritual. Las Pléyades, por tanto, son un centro trono al igual que Orión es un centro de entrada.


 Las Pléyades son, por tanto, un marcador de extraordinaria precisión para los eventos del contacto celestial-terrestre y el traslapo angelical-humano de los encuentros registrados por las diferentes culturas del mundo. Aún más importante es comprender la inmensa era y la verosimilitud histórica de las leyendas de las Pléyades que se encuentran a lo largo del mundo y que señalan una grandiosa protección y la transformación última de la creación que nos permitirá volver a los cielos superiores al ser elevados, reprogramados y resucitados hacia los cielos del Dios Más Alto.
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