"Con ellos comparto y con ellos recuerdo"

martes, 15 de septiembre de 2009

PROFECIAS SOBRE EL HUNDIMIENTO DEL TITANIC


En 1898 el escritor Morgan Robertson describió en una novela la construcción, el viaje inaugural y el hundimiento de un gran transatlántico, el Titán, que el mes de abril chocaba contra un iceberg y se hundía. Se creía que el Titán no podía hundirse dados sus modernìsimos compartimentos estancos, y por eso no llevaba un número suficiente de botes salvavidas.
Catorce años después, el 10 de abril de 1912, la profecía se cumplía en todos sus detalles: el Titánic, la nave más grande del mundo, considerada imposible de hundirse gracias a su doble quilla y a sus mamparos estancos, en el viaje inaugural de Southampton a Nueva York chocó contra un iceberg que le produjo tales daños, que se hundió en menos de tres horas. Sólo un tercio de las mas de dos mil personas que estaban a bordo se salvó.Todo sucedió exactamente igual a lo que Robertson había escrito en su novela: las medidas de la nave, la velocidad del crucero, el número de pasajeros y otros detalles coincidían perfectamente. Evidentemente, en cuanto al escritor, no se sabe porqué extraños mecanismos tuvo una precognición de tan extraordinaria precisión; la confundió con una inspiración literaria y construyó sobre ella una novela, sin sospechar en lo mas mínimo que lamentablemente todo iba a suceder.

Como siempre ocurre con las grandes catástrofes, también la tragedia del Titánic fue acompañada por otro gran número de precogniciones: hubo quien soñó el hundimiento y entonces no se embarcó; personas que tuvieron una visión de la desgracia y que hablaron de ello con otras personas , que lo atestiguaron posteriormente. Parece, en otras palabras, que los grandes acontecimientos trágicos , tengan una fuerza tal que permitan ser advertidos con anticipación.

El relato de W.T Stead.
En 1886, es decir 27 años antes del naufragio del Titánic Stead anticiparía su propio final. Publicó un relato de ficción donde un gran transátlantico naufragaba arrastrando consigo a gran parte de los pasajeros que no podían encontrar sitio en los botes de salvamento, muy escasos en número. Al término de la narración el autor lanzaba estas advertencias: "Esto podría ocurrir y ocurrirá si los transátlanticos son lanzados al mar sin el número conveniente de botes salvavidas.
En 1893, Stead volvió a tratar el tema, bajo el titulo"Del viejo mundo al nuevo" El episodio acaecía en el Majestic, en algún lugar del Atlántico Norte. Una joven pasajera se despertaba en la noche al escuchar unos agudos gritos y tenia una visión:ante ella un navío zozobraba tras haber sido golpeado con un iceberg. Los gritos que le habían despertado eran de los naufragos .
Las coincidencias entre el relato y la realidad empezaron a producirse ya en 1893 enlazando con el desastre de 1912.
El Majestic era el navío estrella de la White Star, y su sucesor seria el Titánic. Pues bien en esa época el capitán del Majestic no era otro que el mismísimo Smith, aquel que conduciría el Titánic en su primer y único viaje.
Stead ignoraría siempre la naturaleza premonitoria de sus relatos, salvo quizá en las ultimas horas de su vida.
Una mañana de marzo de 1912, la predicción empezó a tomar cuerpo. El destino llamaba a la puerta.Stead recibió un telegrama donde se le había invitado a dar una conferencia en Nueva York. El día 6 de abril, escribió a Edith Harper a propósito de su viaje a Nueva York:" He tenido la sensación de que va a ocurrir algo.Ignoro donde, ni como.
El 12 de abril Stead embarcaría en el Titanic. Los testimonios que siguen de supervivientes que conocieron a Stead, muestran una extraña evolución de su estado anímico en la travesía. Durante los tres primeros días de la travesía , se mostró divertido, hablador y entusiasta como de costumbre. Durante la cena del 12 de abril fascinó a los compañeros de mesa con la historia de una momia portadora de una maldición. Pero al día siguiente, sin saber por qué, su actitud cambió. No bajó al restaurante para la gran cena de la gala del domingo.¿Indisposición pasajera o regreso de la angustia que quizá le embargaba .
En el momento del impacto con el iceberg, Stead se encontraba en el puente. A esa hora tardía y mientras la fiesta continuaba en los salones, no había mucha gente disfrutando de la brisa marina, pero el periodista tenia una cita. Se cuenta con el dato preciso gracias a Frederick Seward, un abogado neoyorquino que se había sentado a la mesa con el periodista .
En el instante en el que el Titánic choca, Seward no estaba en su compañía, pero lo encontró unos minutos después completamente estupefacto. Un poco mas tarde ,un camarero superviviente testimonió que fue a darle la noticia: " Señor Stead, va a hacer falta ponerse el salvavidas." Stead le contestó:"¿Un salvavidas?¿De qué habla?
Atrapado por la realidad que profetizara, fue incapaz de reconocerla. Ante su incomprensión el camarero se colocó su salvavidas. Pero el periodista no tardó en aceptar su destino. El último testimonio, el de la señora Shelley, que estaría entre las últimas personas en marchar en un bote antes de que el barco se hundiera, aseguraba que lo vio, solo en la popa, silencioso, en una actitud de plegaria o de meditación, observando la llegada del final...
1249086380921.mp3Espacio en Blanco: 22/08/09 IIsábado, 22 de agosto de 2009, 2:20:00Misterios del Titanic

1 comentario:

Aterciopelada dijo...

Hola Salva de nuevo, me hecho un porrito y estoy leyendote detenidamente.
Es muy fuerte esta historia, y no tenía ni idea. Ya ves....
perdona que sea tan precisa en mis comentarios jejej...

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