(c. 563-c. 486 a.C.). Fundador del budismo, nacido en el parque Lumbini cerca de Kapilavastu, en la actualidad Nepal, cerca de la frontera india. El nombre de Gautama Buda, por el que se conoce al Buda histórico, es una combinación del nombre de su familia, Gautama, y el epíteto Buda, que significa "el iluminado". A pesar de todos los esfuerzos, las fechas de su nacimiento y muerte siguen siendo dudosas. Nació con el nombre de Siddhartha; después de su iluminación, fue conocido también como Sakyamuni (sabio de los Sakyas). Según la tradición, Buda empezó a buscar la iluminación a los 29 años, cuando vio por primera vez a un anciano, a un hombre enfermo y un cadáver, descubriendo de pronto que el sufrimiento es la suerte de toda la humanidad. A los 35 años dio un gran paso hacia la iluminación, el día de luna llena de Vesakha (mayo del 523 a.C.) se sentó bajo una higuera sagrada en Uruvela decidido a no levantarse hasta haber alcanzado el nirvana. Durante la noche alcanzó niveles cada vez más altos de conciencia, llegando a conocer sus vidas anteriores y al 'ojo divino' capaz de seguir la reencarnación de todos los seres. Captó las Cuatro Nobles Verdades: toda existencia es sufrimiento, todo sufrimiento es causa de la ignorancia y el apego, se puede vencer el sufrimiento superando la ignorancia y el apego, y esta superación se alcanza a través del Óctuple Noble Sendero, que se resume como moralidad, samadhi (concentración) y sabiduría. Enfermó de disentería, dolencia que le produjo la muerte a los ochenta años de edad. Su cuerpo fue incinerado y sus cenizas y reliquias, que con el tiempo fueron objeto de culto, se repartieron entre sus discípulos más aventajados y fueron por último encerradas en diez stupas o monumentos funerarios.
Algunas frases célebres de Buda Sakyamuni:
El odio no disminuye con el odio. El odio disminuye con el amor.
El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional.
Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos.
Como flores hermosas, con color, pero sin aroma, son las dulces palabras para el que no obra de acuerdo con ellas.
Avanzando estos tres pasos, llegarás más cerca de los dioses: Primero: Habla con verdad. Segundo: No te dejes dominar por la cólera. Tercero: Da, aunque no tengas más que muy poco que dar.
Para enseñar a los demás, primero has de hacer tú algo muy duro: has de enderezarte a ti mismo.
No hay incendio como la pasión: no hay ningún mal como el odio.
Ni siquiera un dios puede cambiar en derrota la victoria de quien se ha vencido a sí mismo.
La reflexión es el camino hacia la inmortalidad (nirvana); la falta de reflexión, el camino hacia la muerte.
El insensato que reconoce su insensatez es un sabio. Pero un insensato que se cree sabio es, en verdad, un insensato.
Larga es la noche para el que yace despierto; larga es la milla para el que va cansado; larga es la vida para el necio que no conoce la verdadera ley..
Pocos son entre los hombres los que llegan a la otra orilla; la mayor parte corre de arriba a abajo en estas playas.
3 comentarios:
Ea ya aprendi algo nuevo.
Me encantaria practicar el budismo pero no sé. Algún día me leeré un libro sobre esto, me interesa sabes.
Bueno un abrazo y gracias por tu comentario.
que la luz siempre te acompañe
Querido Salva:
Paso a responderte sobre el célebre comentario de Buda que mencionas en mi blog y que dice: "Un joven acudió a él con la súplica de que lo aceptara como discípulo, Buda le preguntó: «¿Has robado alguna vez?» El joven le respondió: «Nunca.» Buda dijo entonces: «Pues ve a robar y cuando hayas aprendido, vuelve". Una primera lectura puede sorprender al neófito, pero debemos ir más allá.
Este texto alegórico nos indica que debemos ir más allá de las polaridades para poder alcanzar la liberación. Rechazar una parte de la realidad no la extingue sino que la arrincona sin que lleguemos a superarla.
Aceptar elñ mal, conocerlo y "vaciarlo de contenido" es una forma de liberarnos de él y superar el sentimiento de culpa.
El Sandokai, uno de los textos fundamentales del Budismo Zen, dice:
"Luz y oscuridad están frente a frente, pero la una depende de la otra, como el paso de la pierna izquierda depende del paso de la derecha".
Buda no incitó a robar al joven discípulo, solamente quiso demostrarle que debía asumir los opuestos para poder trascenderlos. "No debemos mirar solamente la luz para olvidarnos de la oscuridad".
Pero no nos confundamos, ese texto me recuerda a otro que dice: "Si te encuentras a Buda en tu camino, mátalo". El Dhammabuda no nos adoctrina para convertirnos en ladrones o en asesinos del propio Buda, nos alienta a trascender los opuestos y eliminar la ignorancia para alcanzar la iluminación.
Esto lo ilustra muy bien el Shinjinmei (vers.22), el más antiguo texto del budismo Zen, que dice: "Si queda en nosotros la más mínima idea de la verdad y del error, nuestro espíritu sucumbirá en la confusión".
Un fuerte abrazo.
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