La polaridad de nuestra mente nos coloca en un conflicto permanente, en el campo de tensión entre dos posibilidades. Constantemente, tenemos que decidirnos (en alemán, ent-scheiden, expresión que originariamente significa «desenvainar»), renunciar a una posibilidad, para realizar la otra. Por lo tanto, siempre nos falta algo, siempre estamos incompletos. Dichoso el que pueda sentir y reconocer esta constante tensión, esta conflictividad, ya que la mayoría se inclinan a creer que, si un conflicto no se ve, no existe. Es la ingenuidad que hace pensar al niño que puede hacerse invisible sólo con cerrar los ojos. Pero a los conflictos les es indiferente ser percibidos o no: ellos están ahí. Pero cuando el individuo no está dispuesto a tomar consciencia de sus conflictos, asumirlos y buscar solución, ellos pasan al plano físico y se manifiestan como una inflamación. Toda infección es un conflicto materializado. El enfrentamiento soslayado en la mente (con todos sus dolores y peligros) se plantea en el cuerpo en forma de inflamación.
2 comentarios:
Querido amigo, Salva. Muy acertado. Te felicito por tu aportación al autoconocimiento. Gracias por mencinar mi libro. Un abrazo: Joman.
Amigo Joman, si hay que darle a alguien las gracias, seria a tí por compartir con tanta gente tus conocimientos sobre la enfermedad y sus sintomas, porque creo que puedes ayudar a mucha gente que está sufriendo, yo lo único que hago es publicar cosas que me parecen interesantes y que pueden arrojar un poco de luz.
Si menciono tu libro es porque me parece muy interesante y acertado.
Un abrazo.
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